¿Por qué el macizo del Turbón se relaciona siempre con brujas, hadas, gigantes, y otras mágicas criaturas?.
¿Qué tesoros se esconden en una cueva de diabólico nombre: ‘la infernalera’ de Valmuel?.
¿Fueron algunos vecinos de Lécera testigos del vuelo de un platillo volante extraterrestre?.
Esta semana, en ‘Aragón Misterioso’, el ilustrador aragonés Chema Lera nos introduce de nuevo en la tradición aragonesa con tres historias legendarias.
En el primer reportaje, el equipo del programa de ‘Aragón Misterioso’ se sumerge en una de las zonas más misteriosas de Aragón: el Turbón. Alrededor de este macizo montañoso se han transmitido numerosas historias sobre criaturas fantásticas que habitan en sus ríos, cuevas y bosques, actos de brujería en la cumbre y en las poblaciones de alrededor, o fantasmas que se aparecen en sus edificios más antiguos. Todo un imaginario colectivo que aún hoy se recuerda y forma parte de la cultura y las actividades de sus gentes y municipios.
Una cueva en el barrio alcañizano de Valmuel protagoniza el segundo reportaje. Su nombre, la Infernalera, ya evoca a lo sobrenatural. Los motivos de esta elección son un misterio, pero a su alrededor siempre se han contado historias sobre desapariciones o el hallazgo de increíbles tesoros. Y es que en el valle del río Regallo siempre se ha hablado de riquezas ocultas, y la cueva de la Infernalera, hoy inaccesible, pudo ser un buen lugar para esconderlas.
Este programa de ‘Aragón Misterioso’ finaliza con un suceso de características paranormales que quedó recogido en los periódicos de la época. En diciembre de 1954, algunos vecinos de la localidad zaragozana de Lécera eran testigos de la aparición de un extraño objeto volante en el cielo. El reportaje rememora el suceso y busca los testimonios que aún quedan de aquella visión que marcó durante mucho tiempo a los que la contemplaron.
lunes, 24 de noviembre de 2008
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